Riesgos en Radiología Pediátrica

Radiología Pediátrica

Los niños(as) no son adultos pequeños. Este aforismo tan manido es apropiado para cualquier discusión de radiología pediátrica. La mayoría de los radiólogos generales y técnicos no se encuentran cómodos cuando examinan a lactantes y niños pequeños. Desafortunadamente, esta inseguridad se suele trasmitir a los niños y, con frecuencia, a los padres. El resultado consiste a menudo en un examen inadecuado, confuso o no valorable.
Los métodos de imagen han adquirido un importante papel en la evaluación, diagnóstico, comprensión y seguimiento de las enfermedades y anomalías pediátricas. Gracias a los avances técnicos tan importantes en las últimas décadas, se dispone de gran variedad de modalidades de imagen para la evaluación diagnostica de los niños. El radiólogo debe participar en la selección y secuencia de las pruebas diagnósticas. Deben valorarse cuidadosamente los posibles  beneficios de cada prueba frente a su coste, y en particular frente a sus riesgos potenciales.

Riesgos

Los riesgos y costes no económicos de la imagen en pediatría comprenden la exposición a la radiación, el traumatismo físico, el traumatismo psicológico, la alteración del ambiente, la sedación excesiva y  las reacciones adversas a los medios de contraste. El radiólogo también debe ser consciente del coste. Deben evitarse los estudios con escaso rendimiento diagnóstico o que simplemente duplican la información debido al aumento del precio de las atenciones médicas.
Los riesgos de la radiación en la radiología diagnóstica en los niños son de naturaleza determinada o estocástica. Las lesiones determinadas por radiación (lesiones tisulares, desarrollo de cataratas) se producen cuando se afecta un número determinado  de células; se requiere de una dosis umbral. Por encima de este umbral, la severidad de la lesión es proporcional a la dosis. No hay evidencias de lesiones determinadas producidas por pruebas diagnósticas a dosis bajas. Sin embargo, se debe prestar atención  a la exposición acumulativa de radiación y tiempo de fluoroscopia en procedimientos intervencionistas dificultosos, para evitar sobrepasar la dosis umbral y la aparición de eritema cutáneo y depilación.
Las lesiones por radiación estocásticas  se deben a la lesión de una única célula. De forma característica, no se requiere una dosis umbral. La probabilidad de lesión es proporcional a la dosis, pero la gravedad de la lesión es independiente de la dosis.
La radiación de las gónadas  de un niño probablemente afecte o influyen la dotación genética de la siguiente descendencia  futura. Para disminuir el riesgo se ha de bajar la dosis, esto se debe hacer para realizar sólo los estudios clínicamente indicados, diseñar la prueba, disminuir la exposición combinando películas rápidas, empleando las técnicas correctas de exposición, protegiendo las gónadas y las mamas siempre que sea posible, prevenir exposiciones repetidas por movimientos, con inmovilización adecuada, educación continuada de los técnicos y médicos, programas de calidad de puesta al día y empleo de radiografía digital de dosis bajas o técnicas de radiación no ionizante (ecografía, resonancia magnética)  siempre que sea posible. También existe riesgo físico para los lactantes debido a la inmovilización o a las lesiones durante exámenes radiológicos. Estos pueden ser caídas o abrasiones, se pueden evitar si se emplean técnicas adecuadas por parte del personal entrenado. El riesgo eléctrico o mecánico sucede cuando el equipo de imagen y sus accesorios carecen de adecuadas tomas de tierra, mal mantenimiento y revisión.
Los cambios en el ambiente y entorno generalmente se presentan en recién nacidos lo que se puede prevenir con adecuados dispositivos de calor.  Además las enfermeras son los miembros indicados para la valoración de la sedación excesiva así como su presentación, monitorización durante la misma y recuperación después de la sedación.

El contraste puede perjudicar al paciente por daño tisular durante la inyección, penetración en localizaciones no deseadas, alteración de la hemodinámica cardiovascular o por causar una reacción sistémica. Los contrastes hiposmolares disminuyen el riesgo en niños que en adultos.



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